Cuando el calendario remueve lo que creías calmado
Se acerca el 1 de noviembre, Día de Todos los Santos. Una fecha que, más allá de las flores, los cementerios y ciertas fiestas internacionales, suele traer consigo un oleaje interno difícil de explicar.
Ese movimiento silencioso que despierta recuerdos, ausencias, nombres que ya no pronunciamos en voz alta.
El duelo no es solo la pérdida de una persona. También lo experimentamos cada vez que algo cambia de forma irreversible en nuestra vida: una despedida, un ciclo que termina, una versión de nosotros mismos que ya no volverá.
No siempre duele igual, ni siempre es trauma, pero siempre deja huella. Y aunque el impulso natural es querer que el dolor desaparezca, La luz que hay en ti , el libro de Ana Belén Medialdea, nos recuerda algo esencial:
“Para que desaparezca el dolor, hay que atreverse a atravesarlo.”
El oleaje: ¿para qué sirve la tristeza?
La tristeza llega como el mar en calma después de una tormenta: silenciosa, profunda, inevitable. No es algo que esté mal en nosotras o nosotros; es una respuesta natural ante la pérdida.
Justamente evitarla es lo que nos hace sentirnos peor y la hace más grande y no desaparece por arte de magia. Permitirla, en cambio, abre un espacio para la comprensión.
La tristeza no busca hundirte, sino recordarte que algo valía la pena.La tristeza nos invita a detenernos, a mirar lo que fue, a honrar lo que tuvo sentido
Como dice Ana Belén Medialdea, “las emociones son como las melodías: no olvides que hasta la más larga comienza y termina.” Y sí, esta también pasará.
La tormenta: ¿sirve de algo enfadarse?
El enfado en el duelo puede confundirnos. A veces nos enfadamos por sentirnos abandonados o abandonadas, por la injusticia de la situación, o incluso nosotro/as mismos por no haber hecho “más”. Pero esa rabia, aunque incómoda, tiene una función protectora: marca límites, señala el dolor que no ha sido escuchado.
El enfado es como una tormenta eléctrica. Puede asustar, pero también descarga tensión y limpia el aire. Reconocerlo sin juzgarlo es permitir que el cielo se despeje poco a poco para que todo se vaya aclarando.
La oscuridad: la función del miedo
El miedo aparece cuando todo se tambalea: ¿cómo será la vida sin esa persona?, ¿qué será de mí ahora?, ¿y si no puedo seguir igual? Pero el miedo también nos invita a cuidarnos y protegernos de los peligros, a buscar refugio, a pedir ayuda. Esto nos ha permitido sobrevivir a lo largo de los años desde nuestros antepasados que se escondían. huían cuando escuchaban un ruido extraño para evitar ser atacados por un depredador.
En la oscuridad aprendemos a mirar de otra manera. En el libro aprenderás cómo evitarlo o controlarlo, sólo conseguirás que crezca, como cuando echamos fertilizante a una planta.
Soltar el lastre: dejar espacio para la luz
En el proceso de duelo, llega un momento en que la carga se hace demasiado pesada.Soltar no significa olvidar ni dejar de amar. Soltar es dejar aquello que arrastramos sin darnos cuenta y no nos permite seguir remando.
A veces cargamos con culpas, con frases no dichas, con imágenes que ya no nos representan. En este capítulo del libro también se hablará de los vínculos, del perdón, de la culpa y su losa y de las miserias familiares.
Se atraviesa como un río: entrando en él, dejándote mojar, confiando en que el agua —aunque fría al principio— te llevará a la orilla aunque no sea liberador desde el principio.
Nadie cruza un río sin mojarse.
Honrar sin quedarte anclado
Este 1 de noviembre, quizá no necesites estar “bien”. Quizá solo necesites estar presente. Encender una vela. Escribir una carta. Compartir una historia. Dejar que el recuerdo tenga su espacio, sin miedo a romperte.
Y cuando la tristeza, el enfado o el miedo aparezcan, podrás recordarte:
esto también pasará. Como una melodía, por muy larga que sea, siempre tiene su final- Ana Belén Medialdea.
Este 1 de noviembre… no te obligues a estar bien
Cada lágrima, cada suspiro, cada sonrisa entre nostalgia es una forma de amor que sigue viva.
Queremos decirte que “La luz que hay en ti” es un libro para acompañarte en los momentos oscuros. En él, Ana Belén Medialdea, psicóloga y directora del Centro de Terapia Breve, comparte vivencias propias, reflexiones, metáforas y ejercicios que te ayudan a comprender tus emociones y recuperar la calma después de la tormenta.
Desde el oleaje de la tristeza, pasando por la tormenta del enfado, la oscuridad del miedo, hasta el acto de soltar el lastre, La luz que hay en ti es una invitación a reconectar con tu fuerza interior y con esa parte luminosa que el dolor no puede apagar.
Puedes conseguirlo ya en librerías o a través de este enlace.
“El primer paso para liberarte del pasado es dejar de mirarlo con los ojos de ayer.”- Ana Belén Medialdea, La luz que hay en ti
Centro de Terapia Breve Ana Belén Medialdea y Espacio Aluna
Si sientes que este tiempo de duelo te remueve más de lo esperado, en el Centro Terapia Breve te acompañamos desde un enfoque respetuoso, cálido y centrado en soluciones.Trabajamos para que puedas reconectarte con tu luz, incluso en los momentos de oscuridad.
Además, si sientes que andar este camino solo/a te pesa demasiado, quiero presentarte el Club Aluna: un espacio grupal de acompañamiento emocional que te ofrece conexión, herramientas y apoyo entre quienes también viven ese dolor. En este entorno seguro y respetuoso, compartirás vivencias y aprendizajes junto a otras personas que buscan sanar, desde la escucha, el crecimiento y la transformación.
Si quieres saber más o animarte a formar parte, visita el Club Aluna.
Porque sanar no es olvidar, sino reaprender a vivir con amor, presencia y sentido.
Te ofrecemos un espacio para atravesar el río del dolor… y reencontrarte con la luz que ya habita en ti.
